Alegría
Mañana, 15 de junio de 2022
“Y Sara dijo: Dios me ha hecho reír, para que todos los que oigan se rían conmigo.”—Génesis 21:6
Estaba muy por encima del poder de la naturaleza, e incluso contrario a sus leyes, que la anciana Sara fuera honrada con un hijo; y aun así, está más allá de todas las reglas ordinarias que yo, un pecador pobre, indefenso y deshecho, encuentre la gracia para llevar en mi alma el Espíritu del Señor Jesús que mora en mí.
Yo, que una vez me desesperé, como podía hacerlo, porque mi naturaleza era tan seca, marchita, estéril y maldita como un desierto aullador, incluso yo he sido hecho para producir fruto para la santidad. Que mi boca se llene de risa gozosa, por la singular y sorprendente gracia que he recibido del Señor, porque he encontrado a Jesús, la simiente prometida, y es mío para siempre.
Este día elevaré salmos de triunfo al Señor que se ha acordado de mi condición humilde, porque “mi corazón se regocija en el Señor; mi cuerno es exaltado en el Señor; mi boca se ensancha sobre mis enemigos, porque me gozo en tu salvación.”
Quisiera que todos los que se enteran de mi gran liberación del infierno, y de mi bendita visitación desde lo alto, se rían de alegría conmigo. Sorprendería a mi familia con mi abundante paz; Deleitaría a mis amigos con mi felicidad siempre creciente; edificaría a la Iglesia con mis confesiones agradecidas; e incluso impresionar al mundo con la alegría de mi conversación diaria.
Bunyan nos dice que Mercy se reía en sueños, y no es de extrañar cuando soñaba con Jesús; mi alegría no se detendrá antes que la de ella mientras mi Amado sea el tema de mis pensamientos diarios.
El Señor Jesús es un mar profundo de alegría: mi alma se sumergirá en él, se sumergirá en las delicias de su compañía. Sarah miró a su Isaac y se rió con exceso de éxtasis, y todos sus amigos se rieron con ella; y tú, alma mía, mira a tu Jesús, y pide que el cielo y la tierra se unan en tu gozo inefable.