Obediencia inmediata
Tarde, 20 de junio de 2022
“Y luego, dejando sus redes, le siguieron.”—Marcos 1:18
Cuando oyeron el llamado de Jesús, Simón y Andrés obedecieron de inmediato sin vacilar.
Si siempre, puntualmente y con celo decidido, pusiéramos en práctica lo que oímos en el acto, o en la primera ocasión adecuada, nuestra asistencia a los medios de gracia y nuestra lectura de buenos libros, no podrían dejar de enriquecernos espiritualmente. .
No perderá su pan quien se haya ocupado de comerlo de inmediato, ni podrá ser privado del beneficio de la doctrina quien ya haya actuado sobre ella. La mayoría de los lectores y oyentes llegan a tener el propósito de enmendar; ¡pero Ay! la propuesta es un capullo que no ha sido tejido, y por lo tanto no da fruto; esperan, vacilan y luego se olvidan, hasta que, como los estanques en las noches de escarcha, cuando el sol brilla durante el día, solo se descongelan a tiempo para volver a congelarse.
Ese mañana fatal es rojo sangre con el asesinato de resoluciones justas; es el matadero de los inocentes. Estamos muy preocupados de que nuestro librito de “Lecturas vespertinas” no sea infructuoso, y por eso oramos para que los lectores no sean sólo lectores, sino hacedores de la palabra. La práctica de la verdad es la lectura más provechosa de ella.
Si el lector se siente impresionado con algún deber mientras lee estas páginas, que se apresure a cumplirlo antes de que el santo resplandor se haya apartado de su alma, y que deje sus redes, y todo lo que tiene, antes de ser hallado rebelde a la voluntad del Maestro. llamar.
¡No deis lugar al diablo por la demora! Prisa mientras que la oportunidad y la aceleración están en feliz conjunción.
No os dejéis atrapar por vuestras propias redes, sino romped las mallas de la mundanalidad, y marchaos adonde os llame la gloria. Dichoso el escritor que se encuentra con lectores decididos a llevar a cabo sus enseñanzas: su cosecha será cien veces mayor, y su Maestro tendrá gran honor.
Quiera Dios que tal sea nuestra recompensa por estas breves meditaciones y sugerencias apresuradas. ¡Concédelo, oh Señor, a tu siervo!