Vanidad de vanidades
Tarde, 25 de junio de 2022
“Pero la paloma no encontró donde parar la planta de su pie, y volvió a él al arca, porque las aguas estaban sobre la faz de toda la tierra; entonces él extendió su mano, y la tomó, y la arrastró dentro a él en el arca.”—Génesis 8:9
Lector, ¿puedes encontrar descanso fuera del arca, Cristo Jesús? Entonces ten por seguro que tu religión es vana.
¿Está satisfecho con algo que no sea un conocimiento consciente de su unión e interés en Cristo? Entonces ¡ay de ti!
Si profesas ser cristiano, pero encuentras plena satisfacción en los placeres y actividades mundanas, tu profesión es falsa. Si tu alma puede estirarse en reposo y encontrar la cama lo suficientemente larga y el cobertor lo suficientemente ancho para cubrirla en las cámaras del pecado, entonces eres un hipócrita y estás lo suficientemente lejos de cualquier pensamiento correcto de Cristo o de la percepción de su preciosidad. .
Pero si, por otro lado, sientes que si pudieras permitirte el pecado sin castigo, sería un castigo en sí mismo; y que si pudieras tener el mundo entero y permanecer en él para siempre, sería bastante miseria no separarte de él; porque vuestro Dios, vuestro Dios, es lo que anhela vuestra alma; entonces ten buen ánimo, eres un hijo de Dios.
Con todos tus pecados e imperfecciones, toma esto para tu consuelo: si tu alma no descansa en el pecado, ¡no eres como el pecador! Si todavía lloras y anhelas algo mejor, Cristo no te ha olvidado, porque tú no lo has olvidado del todo.
El creyente no puede prescindir de su Señor; las palabras son inadecuadas para expresar sus pensamientos sobre él. No podemos vivir sobre las arenas del desierto, queremos el maná que cae de lo alto; nuestras botellas de piel de confianza de criatura no pueden darnos una gota de humedad, pero bebemos de la roca que nos sigue, y esa roca es Cristo.
Cuando te alimentas de él, tu alma puede cantar: “Ha saciado mi boca de cosas buenas, y mi juventud se renueva como la del águila”, pero si no lo tienes, tu cuba de vino rebosante y tu granero bien lleno pueden darte ningún tipo de satisfacción: más bien lamentaos sobre ellos con las palabras de la sabiduría: “¡Vanidad de vanidades, todo es vanidad!”