Visión clara del pecado
Tarde, 14 de junio de 2022
“Oh Señor, nuestra es la confusión del rostro, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres, porque contra ti hemos pecado.”—Daniel 9:8
Un sentido profundo y una visión clara del pecado, su atrocidad y el castigo que merece, deben hacernos postrar ante el trono.
Hemos pecado como cristianos. ¡Pobre de mí! que así debe ser. Favorecidos como hemos sido, hemos sido desagradecidos: privilegiados más que muchos, no hemos dado fruto en proporción.
¿Quién hay, aunque lleve mucho tiempo comprometido en la guerra cristiana, que no se sonrojerá cuando mire hacia el pasado?
En cuanto a nuestros días antes de que fuéramos regenerados, que sean perdonados y olvidados; pero desde entonces, aunque no hemos pecado como antes, hemos pecado contra la luz y contra el amor, luz que realmente ha penetrado en nuestras mentes, y amor en el que nos hemos regocijado.
¡Oh, la atrocidad del pecado de un alma perdonada! Un pecador no perdonado peca barato en comparación con el pecado de uno de los propios elegidos de Dios, que ha tenido comunión con Cristo y reclinado su cabeza sobre el seno de Jesús.
¡Mira a David! ¡Muchos hablarán de su pecado, pero te ruego que mires su arrepentimiento y escuches sus huesos rotos, mientras cada uno de ellos gime su dolorosa confesión! ¡Observad sus lágrimas, al caer al suelo, y los profundos suspiros con que acompaña la suave música de su arpa!
Hemos errado: busquemos, pues, el espíritu de penitencia.
¡Mira, de nuevo, a Pedro! Hablamos mucho de Pedro negando a su Maestro. Recuerde, está escrito, “Él lloró amargamente”. ¿No tenemos negaciones de nuestro Señor para lamentarnos con lágrimas?
¡Pobre de mí! estos pecados nuestros, antes y después de la conversión, nos consignarían al lugar del fuego inextinguible si no fuera por la misericordia soberana que nos ha hecho diferir, arrebatándonos como tizones del fuego.
Alma mía, inclínate bajo el sentido de tu pecaminosidad natural, y adora a tu Dios. ¡Admira la gracia que te salva, la misericordia que te perdona, el amor que te perdona!